¡Ya estamos aquí!. Ya hemos vuelto de nuestro viaje felices y contentos porque, por supuesto, todo nuestro trabajo de preparación habrá dado sus frutos.
Pero como todo en este mundo es mejorable, haremos muy bien si nos permitimos aprender de nuestra experiencia. ¡Y también de la ajena, que hablando con otros campistas se aprende muchísimo!.
Sidurante el viaje hemos llevado al día nuestro “Libro de Bitácora”, no cabe duda de que podremos sacar jugosas enseñanzas de los datos anotados y de los gastos realizados: tiempos dedicados a paradas y a comidas, promedios realizados en viaje, duración media de las visitas, etc.; ¡Y todo eso nos vendrá de perlas en la preparación de nuestro siguiente viaje!.
Por supuesto que no es imprescindible llevar un meticuloso registro de datos para poder sacar experiencias de nuestro viaje, pero no es menos cierto que cuantos más datos reales dispongamos, más afinadas serán las conclusiones del análisis.
Y ese es, en definitiva, el motivo del análisis y reflexión posterior de nuestro periplo: aprender de lo vivido para mejorar lo que está por llegar.
El viaje de vuelta es un momento fantástico para “pulsar” la opinión de los viajeros. Conocer qué es lo que más les ha gustado del viaje y lo que menos nos da una idea muy real de lo que podemos repetir y lo que hay que afinar para que todos estén contentos y satisfechos. Que es de lo que se trata.