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"Escapada"

a

Malta

 

 La isla de las 365 iglesias...

¡y mucho más!
 

 

 

 

 

FICHA TÉCNICA DEL VIAJE

11-14 de mayo 2013

Duración del viaje:

4 días

Kilometraje total:

150 por carreteras maltesas

Cía. aérea: Ryanair - Coche alquiler: "Ray Bezzina Car Hire" (Malta)

 Hacemos también constar que la información práctica que se facilita en el relato se hace a título personal, con la intención de que pueda resultar lo más útil y ajustada posible. No obstante recomendamos que, en evitación de sorpresas y contratiempos, antes de emprender el viaje, confirméis los horarios, precios, y demás datos susceptibles de variación o modificación. ¡Y buen viaje! 

 

 


   Una “escapada” a Malta siempre resulta muy tentadora. Dejamos la caravana en casa y nos subimos al avión.

 

   Aunque esta es la historia de nuestro viaje a la pequeña isla del Mediterráneo, no nos olvidamos de comentar algunas cuestiones realmente útiles para cualquier viajero, por si os entran ganas de daros una vuelta por allí que, a buen seguro, no os defraudará en absoluto.

 

 

Los preparativos

 

  No me cansaré de insistir en que el éxito de todo viaje es directamente proporcional al interés y las ganas con que lo hayamos preparado. Y este no ha sido una excepción.  

 

Pincha en la imagen y lee más aquí sobre todo lo que conviene

tener para preparar bien un viaje por tu cuenta

 

  Todo viaje tiene un “nacimiento”, es decir, el momento en que nos planteamos “dónde vamos a ir”. El tiempo disponible será el factor determinante para elegir el destino. En este caso, aprovechando que el patrono de Valladolid -San Pedro Regalado- caía en lunes nos planteamos hacer una escapadita de “fin de semana largo”. Como tres días parecían poco tiempo, echamos también el lazo al martes para que cundiera un poco más el viaje.

 

  Por aquello de variar, nos tentaba ir a alguna parte en avión y dar descanso a la caravana. Echamos un vistazo a las rutas desde Madrid con EasyJet y Ryanair a ver qué había de interesante y, finalmente, nos quedamos con la isla de Malta y Ryanair, que tenía buenos precios para las fechas deseadas. Y con suerte, porque no hay avión todos los días, pero sí lo había cuando nos interesaba!

 

  Mayo es un mes ideal para visitar la pequeña, pero monumental islita. La temperatura es todavía agradable y los días son largos. Nos comentaron que en junio y julio, en cambio, alcanzan fácilmente los 45 grados…

 

 

Valletta, vista desde Sliema

 

  Como no disponíamos de guía turística de Malta, salvamos el escollo con imaginación. Además de la abundante información que se encuentra en Internet sobre Malta, la verdadera “solución” a qué ver y hacer llegó de la mano de la TV. Gracias a los españoles, madrileños y castellano-leoneses desparramados “por el mundo”, obtuvimos una estupenda y variada información “visual” de los atractivos de Malta, más que suficiente para llenar varios días de visita.

 

  En los siguientes enlaces podréis ver los tres programas. Los tres son interesantes de ver y aún cuando coinciden lógicamente en muchas cosas, lo cierto es que cada uno también muestra lugares y atracciones diferentes al resto. El resultado global es, pues, completísimo.

 

“Españoles en el mundo” - Malta:

 

http://www.rtve.es/alacarta/videos/espanoles-en-el-mundo/espanoles-mundo-malta/1116863/

 

“Castellano-leoneses por el mundo” - Malta:

 

//youtube.com/watch?v=nIfDKLwknuQ&list=PL84E1E65E4A4B67E9&index=26

 

“Madrileños por el mundo” - Malta:

 

http://www.telemadrid.es/programas/madrilenos-por-el-mundo/madrilenos-por-el-mundo-malta

 

  El idioma habitual en el país es el maltés -que se escribe con nuestro alfabeto, más alguna letra peculiar y que suena a árabe- pero el inglés es cooficial y todo el mundo lo habla. Las señales y carteles son habituales en la lengua de Shakespeare. La hora es la misma que la nuestra. El euro es la moneda oficial.

 

  El coste de la vida, al menos por lo que pudimos observar, está más o menos en niveles similares a los nuestros, especialmente en el precio de los combustibles, los restaurantes o las atracciones turísticas, pero la alimentación en los mercados locales está bastante más barata. El precio del transporte público, los coches de alquiler y el aparcamiento también son sensiblemente más bajos. Vamos, que visitar Malta no va a arruinar a nadie.

 

 

¿Cuántos días harían falta para visitar Malta?

 

  Ese es un asunto realmente escabroso y resbaladizo. Ciertamente cada cual tiene un ritmo de viaje y unas expectativas respecto al viaje, así que dar cifras siempre es un ejercicio de riesgo. No obstante nos atreveremos a dar algunas pistas al respecto y luego que cada cual tome sus decisiones…

 

  Nosotros estuvimos en realidad tres días “completos” en Malta y podemos afirmar que vimos lo que queríamos ver y que regresamos muy satisfechos, pero también con la sensación de no habernos dejado nada importante (al menos para nosotros) en el tintero.

 

  Es bien cierto que Malta ofrece muchas cosas que no hemos ni visto ni hecho. No hemos visitado la isla de Gozo. Tampoco hemos ido a la playa (aunque pocas hay). No hemos hecho ningún paseo en barco. No hemos visitado muchos de los museos y atracciones, pero es que tampoco nos lo propusimos.

 

 

La playa de Mellieha, una de las poquitas de arena

 

  Es decir, es posible disfrutar perfectamente una semana de estancia si así nos lo proponemos, dando espacio también al “dolce far niente”. Todo dependerá de lo que le pidamos al viaje y de lo que nos apetezca hacer.

 

  Eso no quita para que, en un “puente” cualquiera y estando dispuesto a aprovechar a fondo cada día, nos quedemos sin ver lo más importante de Malta.

 

  Tengamos en cuenta que los horarios comerciales en la isla suelen ser de 9 a 13 y de 16 a 19 horas. Y muchos de los museos y atracciones cierran relativamente pronto, desde la 16,30 a las 17,30 h. - Dicho de otro modo, es complicado “no madrugar”. Conviene, pues, salir prontito si queremos “exprimir bien el día”. Y si el plan de viaje que os proponemos os resulta satisfactorio, mejor que mejor.

 

 

El alojamiento

 

  Evidentemente había que buscar alojamiento y, además, hacerlo en un lugar que nos permitiera movernos con facilidad por la isla y que estuviera también lo suficientemente animado para que los paseos vespertinos no resultasen demasiado solitarios.

 

  Así que la capital era, de entrada, nuestra primera elección. Sin embargo la mayoría de hoteles en Malta se encuentran en Sliema (La ciudad “moderna”, justo enfrente de La Valeta) y San Julián, al otro lado de Sliema.

 

  Valletta, que es el nombre autóctono de la capital de Malta, ocupa estrictamente el “casco antiguo” fortificado y es la ciudad más monumental y atractiva de la isla, sede de las principales instituciones del país y de la Orden de Malta o de los Caballeros de San Juan. Valletta, ciudad fundada en el siglo XVI por los caballeros de la orden precisamente - La Vallette era entonces su Gran Maestre- se construyó con un trazado urbano rectilíneo encima de una colina con grandes desniveles.

 

 

   

Valletta. Republic St. en su tramo no peatonal

 

Valleta. Calle que conduce al embarcadero

 

  La oferta hotelera en Valletta es reducida y los pocos hoteles que hay son mayoritariamente de alta categoría, lo que puede condicionar la decisión. Menos mal que también se encuentran buenos apartamentos como alternativa, una opción muy interesante.

 

  En nuestro caso contratamos a través de la web www.booking.com (web que tiene muy buenas condiciones para la cancelación anticipada, por si las cosas no van bien) un apartamento de lujo con un muy buen precio, 85 €/noche. Los apartamentos “Vallette”, situados en un “palazzo” rehabilitado en una antigua y estrecha calle (133, Strait St.), paralela a Republic St., la arteria peatonal de La Valeta y al lado de Palace Square, sede del palacio de los Grandes Maestres de la Orden de Malta.

 

 

   

El portal del Palazzo, en Strait St.

 

El zaguán del apartamento

 

  El edificio dispone de tres apartamentos -uno en cada planta, con ascensor- y una terraza común con jacuzzi y barbacoa, con vistas al mar. Dispone de wi-fi gratuito, introduciendo en el móvil la contraseña que aparece debajo del módem. El apartamento es enorme y está completamente equipado. La cocina, por ejemplo, dispone de todos los elementos, incluyendo café soluble, té, azúcar y sal. Todo un detalle.

 

 

   

El salón, con escritorio

 

Dormitorio, con planchador y vestidor

 

 

   

La cocina-comedor

 

El baño

 

   La reserva incluye traslados gratuitos al aeropuerto. Como llegamos el sábado por la tarde, nos recogió el chófer y nos llevó al apartamento en un Audi A6, que por algo el apartamento presumía “de ser de lujo”. Al llegar nos entregó las llaves y una carta de bienvenida de la gerencia. En la primera planta se encuentran las oficinas, que es donde deberemos ir a pagar la estancia (horario de 9 a 15 h, de lunes a viernes). Nos asignaron la cuarta planta.

 

 

   

Vistas al mar, desde el balcón

 

Los terrados de Valletta, con la cúpula y torre de la catedral anglicana

 

  El Sr. Rickard, el gerente, es extremadamente amable y la estancia en el apartamento resultó muy agradable y placentera. Eso sí, no es fácil reservarlo a través de “Booking.com” pues sólo deben poner un apartamento a su disposición, por lo que casi siempre está ocupado. Si alguien está interesado, creo que lo mejor sería escribir un e-mail, en inglés, a la atención del Sr.Rickard y solicitar directamente la reserva a info@vallettaluxuryrentals.com. El precio creo que no variaría.

 

 

   

La terraza común, con el jacuzzi y la barbacoa

 

Fachada del apartamento

 

  Del apartamento a la entrada del recinto amurallado de Valletta y de la Terminal de autobuses hay unos 8 minutos andando, pero como se va paseando por la turística Republic St. el camino resulta de lo más agradable, ya que aparcar en el interior de la ciudad es tarea harto complicada, como veremos más adelante.

 

 

Otras posibilidades de alojamiento en Malta

 

  En San Julián se concentra una gran oferta hotelera con precios moderados. El barrio de “Paceville” es la gran zona de bares de copas y marcha de Malta y hay que tenerlo en cuenta. Si buscamos tranquilidad ese no es nuestro sitio, pero La Valeta, sí lo puede ser. Si por el contrario lo que buscamos es juerga nocturna, entonces habremos dado en la diana.

 

  No obstante sugerimos que antes de contratar cualquier hotel, echéis un vistazo a las opiniones de los clientes. En “booking.com” o en “tripadvisor.es” es fácil encontrar esa información sobre un hotel en particular. Por ejemplo en Paceville o San Julián una queja repetida era el excesivo ruido, algo muy esperable en una zona de juerga. Así pues, ojo al dato.

 

  Las playas de arena no abundan en Malta. Si eso es una prioridad, entonces hay que alejarse de la capital y ciudades aledañas para trasladarse hacia el norte de la isla, a una zona mucho menos poblada. La de Mellieha y la llamada “Golden Bay” son las principales playas de Malta. En Sliema hay un sucedáneo de playa, a base de piscinas naturales de roca a las cuales les han adaptado unas escaleras de piscina para facilitar el baño. En fin, para gustos se han hecho los colores, pero Malta no parece ser el mejor “destino playero”, aunque todo puede valer. Desde luego creemos que hay otras motivaciones mucho mejores que la playa para visitar el país…

 

 

Bahía de Mellieha

 

 

Cómo visitar Malta y Gozo

 

  Ya que merece mucho la pena recorrer la isla a fondo -tanto por sus rincones como por sus atractivos turísticos- un factor a tener muy en cuenta es cómo vamos a hacerlo.

 

  Hay varias posibilidades en función de los gustos: alquilar coche, movernos en autobús por toda la isla o utilizar los “autobuses turísticos”.

 

  Malta es una isla muy pequeña, pero ocupa el octavo puesto mundial entre los países más densamente poblados. En 30 km de longitud y unos 15 de ancho, viven casi 400.000 personas…

 

  Gozo es la segunda isla del país, mucho menos densificada y para pisarla es necesario coger el ferry. Mucho más rural que Malta, no carece de atractivos (la capital, Victoria; rincones pintorescos y monumentos megalíticos), pero no vimos que ofreciera nada que no pudiéramos encontrar en la isla mayor, Malta. Por eso y por falta de tiempo no la incluimos en nuestro itinerario, pero nada impide que quien disponga de más tiempo pueda darse una vuelta por allí.

 

 

Gozo y Comino vistas desde Malta

 

La diminuta Comino es la tercera y última isla del país. Se encuentra prácticamente deshabitada, porque sólo una familia vive allí. Su gran punto de interés es la “Blue Lagoon”, una pequeña bahía de aguas azul turquesa, paraíso de buceadores. Hay una amplia oferta de excursiones en barco a Comino.

 

 

Alquilar coche

 

  Desde luego el coche de alquiler es la forma más versátil y también bastante barata de recorrer los rincones más recónditos de Malta, a cambio de circular por la izquierda y soportar la conducción extremadamente delirante de los malteses.

 

 

Sí, se conduce por la izquierda...

 

  Si decimos que conducen “estilo italiano”, pero por la izquierda, no estaremos exagerando en absoluto. Los malteses, como muchos pueblos insulares, tienen fama de calmados y sin prisas, pero al volante parece que ese talante cambia radicalmente…

 

  Con tanta gente, más los turistas, el tráfico ha de ser lógicamente denso -de hecho “nos tragamos” no pocas retenciones y atascos- pero los conductores locales no facilitan la vida para nada.

 

  En las múltiples rotondas (“rondabouts” en inglés) se echan literalmente “al ruedo”. ¡Y atención, que los coches llegan por la derecha! Tampoco son de los que cedan el paso gentilmente. ¡Perdimos la cuenta de los coches que nos adelantaron con línea continua! Bueno, vale, tampoco es cuestión de echar a nadie “p’atrás” por eso, pero es bueno saber lo que nos vamos a encontrar…

 

  Para que podáis haceros una idea del “ritmo de circulación” sólo diremos que tardamos 36 minutos para hacer… ¡siete kilómetros! En otras ocasiones la cosa no será tan seria, pero en cualquier caso, aunque las distancias sean cortas, en tiempo no lo será tanto. Promedios reales de 20 km/h son moneda corriente.

 

  En nuestro caso alquilamos por Internet un coche pequeño a través de una compañía de alquiler local, “Ray Bezzina Car hire” - www.raybezzinacarhire.com. Leímos buenas opiniones en Internet y nos animamos a contratar con ellos, en detrimento de las compañías internacionales, mucho más caras. En cualquier caso alquilar coche en Malta es bastante barato. Pagamos sólo 14 euros por día por el coche, con seguro a todo riesgo, más 8 €/día por eliminar la franquicia de daños propios.

 

 

"Nuestro" Chevrolet Spark

 

  A la hora de alquilar coche y para quien no tenga demasiada experiencia en tales lides, es muy conveniente seguir las siguientes sugerencias: 

  1. Contratar siempre la “exención de franquicia de daños propios”
  2. Comprobar que el contrato recoge todos los datos necesarios y muy especialmente los posibles daños que presente el vehículo y un teléfono de contacto.
  3. Al recoger el coche, comprobar visualmente su estado y fotografiarlo bien a fondo -especialmente si presenta desperfectos- sin descuidar el tablero de mandos, para que quede así constancia de la hora y el número de kilómetros al recogerlo.
  4. Comprobar que los daños del vehículo, si los hay, coinciden con los declarados previamente en el contrato. Si hay algún operario de la empresa a mano, hacérselo saber en caso de que no coincidan, para que se hagan constar en el contrato. Si no hay nadie, entonces hay que fotografiarlos claramente, con fecha y hora en la imagen. Por eso y para evitar líos posteriores, es muy recomendable la contratación de la exención de franquicia. Nos ahorrará dinero y disgustos.
  5. Por último, debemos tener claro el tipo de combustible que usa el vehículo. Un fallo tendría consecuencias muy negativas para nuestro bolsillo.
  6. Dado que las multas nos las cobrarán en la tarjeta de crédito, está claro que si normalmente hay que ser respetuoso con las normas de circulación y aparcamiento, en un coche de alquiler hay que ser aún más escrupuloso si cabe. Así que nada de tonterías al volante ni a la hora de aparcar, porque cualquier sanción nos será debidamente cargada en la tarjeta. Mucho cuidado entonces.
  7. Por último y ya que se trata de un vehículo extraño, es conveniente dedicar unos minutos, antes de arrancar, a familiarizarnos con los principales mandos del coche. No es la primera vez que uno busca algún mando sin encontrarlo fácilmente. Llevar “copiloto/a” facilita bastante esa tarea.

   Los vehículos de alquiler actuales suelen tener seguro a todo riesgo, pero eso no significa que estemos totalmente cubiertos si causamos algún daño al vehículo.

 

  Es habitual que exista una franquicia contra daños propios, cuyo valor suele oscilar entre los 500 euros de “Ray Bezzina” a los 1.500 que suelen aplicar las compañías internacionales para vehículos utilitarios y compactos.

 

  Eso quiere decir que si no solicitamos y contratamos expresamente aparte la exención de dicha franquicia -importe que suele pagarse en el mostrador al recoger el coche- podrían reclamarnos la reparación de los daños, con todas las molestias asociadas a la cuestión, pues bien podrían presentar reclamación por algo que no hemos hecho.

 

  Por ello consideramos imprescindible pagar un poco más, pero quitarnos esa losa de encima. Nuestra tranquilidad bien lo vale. Si no nos informan del coste a la hora de contratar por internet, sugerimos que se pregunte específicamente por ello. Y como en el mostrador tampoco suelen ofrecer abiertamente ese servicio, entonces tendremos que ser nosotros quienes lo solicitemos. Así que ojo y no os olvidéis de hacerlo.

 

  Las cantidades varían de unas compañías a otras. Por ejemplo en “Ray Bezzina” nos costó 8 euros al día, pero “Hertz” suele cobrar alrededor de 20 euros diarios.

 

  En el mostrador de recogida también deben entregarnos copia clara del contrato de alquiler, un teléfono al que avisar en caso de accidente o incidente, la llave del coche y una relación de daños del coche, si los tiene (lamentablemente eso último no suele ser demasiado habitual, razón de más para contratar la “exención de franquicia”)

 

  Como ya hemos dicho, al recoger el coche conviene “repasar a fondo” su estado general y fotografiarlo por todas partes, en especial si presenta rayones, bollos o cualquier desperfecto por nimio que parezca. No olvidéis fotografiar también el cuadro de mandos, donde aparezca el kilometraje y si es posible también, la hora del día. Una buena idea para esas fotos es utilizar la función de la cámara de fotos para que aparezca impresa la fecha y la hora en que se ha tomado la foto. Si hemos contratado la exención de franquicia seguramente no necesitaremos usar las fotos, pero nunca estará de más para poder probar que los daños ya existían.

 

 

   

Se aprecian daños en la aleta

 

Se ven los km. la hora y el depósito bien lleno

 

  Ese mismo procedimiento hay que repetirlo al dejar el coche. Pensemos que, en muchos casos, lo dejaremos en un aparcamiento y devolveremos la llave en un cajetín. Eso significa que no podremos demostrar que no hayamos causado ciertos daños. La manera de hacerlo es con las fotos.

 

  Claro que si preferís asumir riesgos, entonces es evidente que hay que tomar esas y cuantas precauciones estén en vuestra mano para poder probar la existencia de desperfectos, insistiendo que si hubiera algún operario de la Cía. alquiladora a mano, sin duda habría que decirle que hiciera constar dichos desperfectos en el contrato de alquiler, aún cuando eso os supusiera perder algo de tiempo.

 

  Por supuesto hemos de asegurarnos también del tipo de combustible que utiliza nuestro coche para no equivocarnos al repostar. Es habitual que ese dato venga claramente identificado en el propio surtidor. Un fallo de ese tipo nos causaría muchos problemas, no sólo inmediatos, pues ese tipo de avería no lo cubre el seguro.

 

  En fin, alquilar coche tiene muchas ventajas, pero no debemos olvidar tener en cuenta todas esas precauciones para que la experiencia sea placentera.

 

  En el caso de Malta y de los demás países que circulan por la izquierda, el manejar esos coches con volante a la derecha nos exigirá un cierto período de adaptación. El cambio está situado a la izquierda (aunque la distribución de las marchas es la misma) y hay que acostumbrarse a usar una mano poco utilizada por los diestros. ¡Sin embargo los zurdos estarán encantados!

 

  También hemos de acordarnos de incorporarnos a la izquierda al girar y no olvidar que en los cruces y rotondas el tráfico llega por la derecha. Eso vale también cuando vamos a pie y hemos de cruzar la calle… ¡Los coches vienen por el lado contrario al que estamos acostumbrados!

 

  En cualquier caso conducir por la izquierda es más fácil de lo que parece y tras un breve período de tiempo, no será ningún problema.

 

  Malta es uno de los países europeos más permisivos en la tasa de alcoholemia, pues aún es de 0,8 mg. pero eso no significa que no tengamos que ser muy cuidadosos con el consumo de alcohol si vamos a conducir. Superar ese límite nos dejaría sin seguro en caso de incidente o accidente -con nuestro coche igual- pero con un coche de alquiler y en un país extranjero la cuestión se agrava aún más.

 

 

El GPS es fundamental en Malta

 

  Lo que sí recomendamos sin duda es llevarnos el GPS bien programado con todos los destinos previstos. El GPS siempre nos echa una mano en cualquier lugar, pero en Malta no sólo nos facilitará la vida en un tráfico tan estresante como el maltés, también nos aseguraremos de llegar fácilmente a nuestros destinos.

 

  Aunque habitualmente tenemos la precaución de llevar los lugares programados desde casa -la colaboración del “Street View” de “Google Maps” resulta imprescindible- al preparar este viaje hemos podido comprobar que hay algunos destinos turísticos notables en la isla -El “Popeye Village”, la “Blue Grotto” o el “Playmobil Fun Park” por ejemplo- que no vienen “prefijados” en el Tom Tom. Si no hubiéramos tenido la precaución de “currarnos el tema” desde casa, hubiera sido muy complicado programar allí su posición en el GPS, pues no sabríamos dónde localizarlos. Así pues os animamos a llevar “los deberes hechos” al salir de viaje. Ahorraréis tiempo donde más falta hace y aseguraréis el tanto.

 

  Para aquellos menos avezados en esos asuntos, diremos que el primer paso consistirá en localizar la situación del lugar elegido usando el ordenador. En muchos casos bastará introducir en el “Google Maps” el nombre del lugar a buscar y aparecerá su ubicación por arte de magia. Si no es así, entonces hay que rastrear en Internet hasta que nos aparezca la dirección, las coordenadas u cualquier otra clase de dato que nos permita situar el lugar que buscamos. Una vez localizado, lo insertaremos en el “Google Maps” para poderlo “ver” en el mapa.

 

  El segundo paso es programar el GPS, introduciendo el lugar deseado y guardándolo en “favoritos” para poder encontrarlo fácilmente cuando nos haga falta.

 

  Nosotros tenemos un “Tom Tom”, pero imagino que en otros navegadores o en otros Tom Tom el sistema será similar al que vamos a proponer:

 

  Se selecciona la opción “preparar ruta” (no la de “ir a”, ojo) y se elige una localidad o un punto de referencia que esté lo más cerca posible del punto que queremos programar. Una vez hecho ese paso y cuando haya planificado la ruta, pero antes de dar a “hecho, pulsaremos la opción “detalles” y, a continuación, “examinar mapa de ruta”. En esa pantalla podremos “señalar” cualquier punto del mapa que elijamos. Como se supone que estaremos cerca del lugar deseado, entonces no hay más que ir moviendo el plano hasta que localicemos el punto exacto al cual queramos que el GPS nos lleve.

 

 

   

El "Popeye Village", en el Google Maps

 

El mismo punto ya programado en el GPS

 

  Una vez localizado éste -al comparar los planos del Google Maps y del GPS- lo seleccionaremos pulsando el “punto azul” sobre el mismo y pulsaremos “hecho”. Entonces se abrirá una pantalla que en mi GPS se denomina “posición del cursor” y seleccionaremos “agregar como favorito”. Se abrirá una nueva pantalla para darle nombre al lugar elegido. Lo introduciremos y daremos al “OK”. De esa manera habremos archivado el punto en cuestión en “favoritos” para poder localizarlo fácilmente cuando tengamos que dirigirnos a ese lugar.

 

 

Aparcar en Valletta

 

  Aparcar en Valletta no es fácil. Dentro del recinto amurallado las plazas de aparcamiento son escasas y la mayoría se reservan a los residentes. Eso sí, ¡la “ORA” no existe!

 

  Así pues, si nos alojamos en Valletta, deberemos aparcar el coche fuera del recinto, en las calles que lo rodean si hay suerte -plazas gratuitas- o si no, en el parking público “MCP Car Park” que se encuentra en el centro comercial situado frente a la Terminal de autobuses, a las puertas del recinto amurallado. Ese parking -que no tuvimos que llegar a usar, pues siempre encontramos hueco en la calle- es barato. Aparcar un día completo cuesta sólo 5 euros.

 

 

Nuestro "Spark", a la izquierda. ¡Sí, encontramos aparcamiento!

 

  Otra alternativa, aunque menos interesante, es utilizar el “Park & Ride” de Floriana. La principal pega es que está a un kilómetro largo de la entrada al recinto amurallado, por lo que requerirá el uso del autobús, con el tiempo y sobrecoste que ello implica. Pero bueno, dicho queda…

 

 

El transporte público maltés

 

  Hasta 2011 los antiguos autobuses malteses pintados de blanco, rojo y amarillo eran toda una institución en la isla. De hecho todavía ocupan un lugar protagonista entre los “souvenirs” más afamados de Malta.

 

  Eran tan típicos como vetustos e incómodos. El aire acondicionado no lo habían visto ni en pintura y eso, en un país tan caluroso, era todo un fastidio. Si os animáis a ver alguno de los reportajes televisivos que os hemos comentado, podréis verlos… y agradecer que los hayan sustituido por los modernos autobuses actuales. Vale, los modernos no tienen el mismo encanto, pero creo que perdonaremos el golpe por el coscorrón.

 

 

La Estación de Autobuses  de Valletta

 

  La compañía “Arriva” es la concesionaria del transporte público para Malta y Gozo y la flota actual de autobuses es moderna y cómoda.

 

  En el siguiente enlace, de la web oficial de “Arriva” encontraréis los tipos de billetes existentes y también sus precios: www.arriva.com.mt/ticket-type?l=1

 

  El billete simple es muy caro, 2,20 € y dura dos horas. En cambio el billete para todo el día sólo cuesta 40 céntimos más, es decir, 2,60 €. Ese billete permite viajar ilimitadamente por toda la isla de Malta. En Gozo hay que comprar otro tipo de billete.

 

  El billete de 7 días cuesta sólo 12 euros, por lo que moverse por Malta -si preferimos prescindir del coche de alquiler- no va a trastabillar de ninguna manera el presupuesto familiar…

 

  Otra cosa es la facilidad de uso, pues podréis comprobar en la web de Arriva que, en muchos casos, ir de un punto a otro de la isla obliga a pasar por Valletta y hacer transbordo, con la murga que eso es.

 

  De todas maneras para quienes no les importe dedicar cierto tiempo a las esperas y a ajustarse a las líneas y frecuencias de los autobuses, el transporte público es una alternativa perfectamente válida para recorrer Malta con poco gasto. Eso sí, conviene tener en cuenta que para recorrer la isla de esa manera harán falta algunos días más que si empleamos el coche de alquiler o incluso los buses turísticos.

 

 

Los “buses turísticos”

 

  Los típicos “buses turísticos” habituales en las ciudades europeas también ofrecen sus servicios en Malta. Con su sistema “hop on” / “hop off” -es decir, subes y bajas cuando lo desees- recorren la isla y sus puntos turísticos más relevantes.

 

  Bastante más caros que el bus corriente son una alternativa que puede ser muy interesante para aquellos que vayan a estar pocos días en Malta y pasen de las molestias de alquilar un coche.

 

  En la web de “Malta Sightseeing” encontraréis más información al respecto:

 

   www.maltasightseeing.com

 

 

La gastronomía maltesa

 

  Partiendo de la base que no tenemos la más mínima intención de escribir un tratado sobre la gastronomía maltesa, eso no quita para que no merezca que le dediquemos un poco de atención a lo que se come por allí y comentemos la impresión que nos ha producido. A fin de cuentas catar la gastronomía local siempre es uno de los grandes alicientes de todo viaje.

 

  La cocina maltesa tiene en el conejo, principalmente guisado, su producto estrella.

 

  Por otra parte hay una amplia oferta de productos del mar -algo muy lógico en una isla- y continuando con la misma lógica, también tiene muchas similitudes con la cocina mediterránea oriental: quesos blancos (tipo feta) especiados, aceitunas, encurtidos, etc.

 

 

   

Quesos y otras "delicatessen" maltesas

 

La morena se come habitualmente...

 

  Los “pastizzi” son otra de las especialidades más típicamente maltesas. Son pastelillos horneados, de pasta filo y rellenos de requesón o pasta de guisantes. Los venden en muchos lugares para consumo inmediato y están buenísimos, aparte de baratos. El precio medio ronda los 50 céntimos y con un par de ellos te quedas más que a gusto… ¡No os vayáis de Malta sin probarlos!

 

  Otro producto autóctono es la “Bigilla”, pasta hecha con una alubia local de gran tamaño de nombre impronunciable en maltés. Su sabor y color recuerda a la lenteja y resulta un primo hermano del “Hummus” de garbanzo. Se come untado en pan. Lo venden envasado, aunque también pudimos ver a vendedores ambulantes en furgoneta que lo comercializan. Se ve que es bastante popular.

 

  No podemos dejar de mencionar el vino tinto. Probé una botella de vino de Gozo, a base de uva “Syrah” y me gustó mucho. El apartamento disponía de copas altas y ya se sabe que el vino servido en copa sabe mejor. Tiene un sabor peculiar, con mucho cuerpo, y si hubiera podido me hubiera llevado unas cuantas a casa. ¡A veces se echa de menos la caravana!

 

 

   

El vino tinto de Gozo

 

Los "Pastizzi" y una torta de espinacas

 

  La marca local de cerveza es “Cisk”, una lager muy suave y blanca. Por la herencia británica pensaba que encontraría las típicas “ales” por todas partes, pero sorprendentemente no fue así. En los puestos y tiendas de la calle era habitual encontrar la lata de “Cisk” de 33 cl. a un euro (al mismo precio que en el “duty free” del aeropuerto, que ya les vale). Y la mayoría de las veces, fría.

 

  Aunque nuestra intención era probar la gastronomía local en restaurante, lo cierto es que las cartas no nos sedujeron en absoluto, porque tampoco están demasiado especializadas en platos autóctonos, al menos en Valletta. Los precios de los restaurantes, en proporción a otros sectores del país, son bastante elevados y pagar por platos que puedes comer en España no nos seducía particularmente. La mayoría de restaurantes son a la carta y seguro que habrá locales típicos, buenos y baratos en Malta, pero nosotros no nos tropezamos con ninguno.

 

  Pero eso no significa que no le hiciésemos los honores a la cocina maltesa. Muy al contrario, se los hicimos y mucho, sólo que sustituimos los restaurantes por los productos locales de los mercados. ¡Disponer de cocina y comedor en el apartamento tiene esas ventajas!

 

  El domingo por la mañana, como veremos, estuvimos en el mercado del pescado de Marsaxlokk, donde tuvimos el primer contacto con las especialidades maltesas -pastizzi, quesos, dulces de dátiles, etc.- y lo mismo hicimos el lunes en el mercado de Valletta. ¡Y a precios baratísimos! En Valletta hay varias tiendas pequeñas de ultramarinos que nos permitirán salir del apuro, incluso a horas tardías.

 

 

   

Dulces diversos en el mercado de Marsaxlokk

 

Por variedad no quedan...

 

 

Nuestro itinerario

 

  Y después de ese paseo por los aspectos más prácticos de la visita a Malta, va siendo hora de contar lo que vimos e hicimos en nuestro particular periplo maltés.

 

Sábado, 11 de mayo. La Salida

 

  El avión de Ryanair salía de la Terminal 1 de Madrid-Barajas a las 14,10 h y tenía prevista su llegada a Malta dos horas y cincuenta minutos después, aunque quizás debido al viento de cola, llegamos casi media hora antes de lo previsto.

 

 

   

No me resistido a poner la foto...

 

El aeropuerto internacional de Malta

 

  Reservamos plaza por Internet y dejamos el coche en el recientemente estrenado parking de “Bajo Coste” de Aena, muy cercano a la T-1 y teóricamente con servicio de bus del parking a la Terminal.

 

  En anteriores viajes habíamos dejado el coche en el parking de Larga Estancia de Aena y en el “Gato Azul”, parking privado con servicio de traslado y recogida. Ambos casos fueron plenamente satisfactorios y si esta vez no repetimos fue simplemente por probar algo nuevo y ver qué tal, porque la diferencia económica era realmente pequeña con esos otros.

 

  Pues bien, “la prueba” fue un fiasco. Después de la experiencia, no volveremos al parking “de bajo coste” y os vamos a contar el motivo. Tras pasar por la oficina y entregarnos validado el tique del parking, para coger el bus a la T-1 ¡Hay que andar más de 200 metros y atravesar un parking cubierto y solitario hasta la parada del bus! Evidentemente esa no era nuestra idea y nos quedamos flipados, pues pensábamos que el bus saldría del mismo aparcamiento, como así sucede en el de larga estancia. ¡Por suerte llevábamos solamente el equipaje de mano que si no…!

 

  Tras unos minutos de espera, apareció la lanzadera y en un solo minuto estábamos en la T-1. Realmente desde la parada a la Terminal hay unos 400 metros de distancia, así que está bastante cerca. De hecho, para regresar al aparcamiento, el bus se coge en “Salidas”, por lo que hay que subir al piso superior desde “Llegadas”, claro.

 

  Al volver de Malta, lo más curioso fue que el propio conductor del bus nos preguntó si sólo llevábamos el equipaje de mano y al decirle que sí, nos sugirió que haríamos mejor en ir andando al parking… ¡porque llegaríamos antes, ya que el bus hace un recorrido bastante largo por las distintas terminales!

 

  Así que, en vista del panorama y muy decepcionados y también mosqueados, eso hicimos. Vamos, que no nos pillan de nuevo en otra igual. Afortunadamente esa anécdota fue el único borrón de todo el viaje, porque todo lo demás resultó la mar de bien.

 

  Alrededor de las cinco menos cuarto de la tarde pisábamos suelo maltés. Allí estaba el chófer esperándonos. Con él nos acercamos a la oficina de “Ray Bezzina”, situada en el extremo de la Terminal y tras recoger las llaves del coche de alquiler y contratar la exención de franquicia, nos fuimos a Valletta, a 7 km. de distancia, en el Audi A6 del apartamento. El coche de alquiler lo recogeríamos a la mañana siguiente en el aeropuerto para iniciar la visita a la isla.

 

  Tomamos “posesión” del apartamento y luego nos dimos una vuelta por Valletta. Como el comercio cierra a las 19 h. todavía tuvimos tiempo de hacer algunas compras para cenar.

 

 

   

Republic Street, la calle peatonal principal

 

El palacio de los Grandes Maestres, Palace Sq

  

   

Otra vista de Palace Square

 

El rincón de la Biblioteca Nacional

 

 

   

La Concatedral de San Juan

 

Fuente frente de la terminal de autobuses

 

 

   

Los balcones son muy típicos

 

Bastiones de la muralla de Valletta

 

 

   

 Puestos enfrente de la terminal de autobuses

 

La plaza de la Biblioteca

 

 

Domingo, 12 de mayo. Ruta por Malta.

 

El mercado de pescado dominical de Marsaxlokk

 

  Marsaxlokk es una pequeña localidad del sureste de la isla, famosa por su puerto pesquero y su gran mercado dominical, el mayor de Malta.

 

 

   

"Luzzus" en Marsaxlokk

 

Bueno, queda claro que yo estuve allí

 

  Marsaxlokk no es demasiado bonito, si exceptuamos la bahía y el puerto con sus preciosos “luzzus”, las típicas barcas de pesca decoradas con vivos colores y que se caracterizan por los dos “ojos de osiris” situados en la proa a modo de amuleto de la buena suerte. De hecho “el ojo de la buena suerte” es uno de los souvenirs más típicos de Malta.

 

 

   

Aquí se ven los "ojos de Osiris"

 

Marsaxlokk es un  pueblo de pescadores...

 

  Como queríamos aprovechar bien el recorrido por la isla, pues aparte del mercado de Marsaxlokk queríamos visitar la “Blue Grotto”, el “Playmobil Fun Park”, el “Popeye Village” y también el otro extremo de la isla, la zona de Mellieha, convenía madrugar un poco.

 

  A las ocho de la mañana tomamos el autobús al aeropuerto (líneas X4, X5 y X7) y media hora después recogiamos nuestro coche en el parking de coches de alquiler, un “Chevrolet Aveo” -allí denominado “Spark”- aunque ciertamente con menos “spark” que un mechero, vamos, que tenía muy poca “chispa”. ¡En las cuestas teníamos que quitar el aire acondicionado para que pudiera subir con cierto garbo! Pero bueno, entre que ni las carreteras, ni el tráfico maltés invitan a las altas velocidades, la verdad es que nos llevó por donde quisimos que era de lo que se trataba.

 

 

   

Rumbo al aeropuerto a buscar el coche...

 

Y allí estaba esperándonos...

 

  Tras “el preceptivo reportaje fotográfico” al coche, arrancamos dispuestos a visitar el mercado dominical de Marsaxlokk. mientras me iba habituando a los mandos del coche, a cambiar de marchas con la izquierda y a conducir por ese mismo lado, que era lo que menos me preocupaba gracias a la práctica adquirida en nuestros recientes viajes a Escocia y sur de Inglaterra.

 

  Afortunadamente durante el corto recorrido hasta el pueblo, otros 7 kilómetros más, el tráfico dominical y matutino era por aquel entonces bastante “holgado”, así que la primera toma de contacto con el coche pudimos hacerla en más que buenas condiciones. Ya llegarían momentos más complicados…

 

  Como en todas las guías recomiendan llegar pronto al mercado, dada la gran afluencia de público, a las nueve estábamos allí. A esa hora pudimos aparcar en el mismo pueblo sin problemas y también pudimos disfrutar durante una hora del mercado, que se pone a lo largo del puerto, sin demasiados agobios. Sin embargo a partir de las diez aquello ya se fue complicando lo suyo. El mercado cierra a las 12,30 - 13 h. así que si queréis verlo bien, ¡no os durmáis en los laureles!

 

 

   

El puerto es lo más bonito de Marsaxlokk

 

La plaza de la Iglesia

 

  Aunque se denomina oficialmente “mercado de pescado”, lo cierto es que es un mercado general en el que se vende de todo. Es una atracción turística, pero la clientela local era más que numerosa. Nos gustan mucho los mercados. Es una ocasión muy buena de “sentir y palpar” la vida real de un país.

 

 

   

No faltaba gente en el mercado

 

Por algo se llama "mercado de pescado"...

 

  Por supuesto hicimos acopio de unos cuantos productos locales para comer y cenar, pues no íbamos a tener tiempo de comer en un restaurante si queríamos ver todo lo que estaba previsto. No obstante Marsaxlokk tiene una amplia oferta de restaurantes especializados en pescado y marisco.

 

Chiringuitos y restaurantes en Marsaxlokk

 

 

El “Playmobil Fun Park”

 

  A las once y media de la mañana, habiendo visto mercado y pueblo, pusimos rumbo al cercano “Playmobil Fun Park”.

 

  Bueno, en Malta realmente nada está muy lejos. Sólo 8 km, pero tardamos 22 minutos… El parque de “Playmobil” se encuentra en un polígono industrial y no hay un solo indicador que nos permita llegar a él. ¡Ya os he comentado que hay cosas que uno tiene que llevarlas hechas de casa! De no haber sido así, hubiera llegado la hora de volver y creo que aún no lo hubiéramos encontrado… Ese trayecto fue nuestro primer contacto con las carreteras secundarias maltesas… ¡Incluso tuvimos que detenernos para que una imprudente culebra negra terminase de cruzar la carretera!

 

  “Playmobil” tiene una fábrica en Malta que puede visitarse por el módico precio de 1,2 €, pero no los domingos… ¡Caramba! Lo que sí pudimos hacer es visitar gratuitamente el “Playmobil Fun Park”. La entrada al recinto es un castillo y aparte de las típicas figuritas a tamaño casi humano que decoran el lugar, el parque consiste en una zona de juegos para los niños que quieran ir con sus padres a pasar allí el rato con los juguetitos de la marca. Además de la tienda hay una cafetería -allí probamos nuestros primeros “pastizzi” y también los más ricos- y un área de juegos al aire libre.

 

 

   

El Play Mobil Fun Park

 

El patio del castillo

 

 

   

La zona de juegos

 

Más zona de juegos

 

  Evidentemente esa visita no atraerá a todo el mundo, pero es algo realmente curioso y para nosotros en particular, el mundo “playmobil” ha estado muy ligado a la infancia de nuestro hijo, así que tenía un significado especial. Lo descubrimos gracias al programa de “Castellano-leoneses por el mundo” y nos gustó mucho, la verdad. Darle una vuelta no lleva demasiado tiempo y la mayor pena fue no haber podido ver la fábrica, pero no se puede tener todo... 

 

 

Del mundo “Playmobil” al mundo “Popeye”, pasando por la “Blue Grotto”…

 

  Por cercanía a Marsaxlokk y de camino al “Popeye Village”, hicimos una breve parada en uno de los parajes más bonitos de Malta: la “Blue Grotto”.

 

 

La "Blue Grotto"

 

  La “Blue Grotto”, formación rocosa a modo de cueva, antiguo refugio de piratas, es hoy en día una de la principales atracciones de la isla. La roca con forma de “trompa de elefante”, junto a las aguas azul turquesa, le confieren un encanto especial a la costa.

 

  Hay dos formas de disfrutar de la “Blue Grotto”. La más sencilla y también la más “light” es detenerse en el pequeño aparcamiento de la carretera -si hay suerte y encontramos hueco- y “ver” la Blue Grotto desde lo alto del acantilado… que fue lo que nosotros hicimos.

 

 

   

La "Blue Grotto" y su "trompa de elefante"

 

El pequeño aparcamiento

 

  La otra, mucho más atractiva, pero que requiere bastante más tiempo, pasa por darse un paseíto en barca por el interior de la cueva. No sé el punto exacto donde se coge la barca, pero un poco más adelante del “aparcamiento-mirador-parada de bus” baja una carretera o camino hasta una zona con casas y un gran parking. Supondremos que de ahí parten las excursiones hasta la cueva.

 

 

La barca turística dentro de la "Blue Grotto"

 

  El paisaje agreste de la costa y el precioso color del mar contrasta con la llanura árida y seca del interior. Las chumberas, la arenisca, la polvareda (ese día el viento era imponente) y los tonos ocre-amarillos del terreno y de los pueblos dominan el paisaje de Malta. Coincidimos plenamente con la opinión de uno de los españoles que salieron por la tele cuando dijo que aquello “era un secarral”. ¡Pocas veces una sola palabra ha reflejado tan bien la realidad!

 

 

   

 

La agreste costa maltesa

 

Y el secarral maltés

 

Estar cerca de África tiene estas cosas...

 

 

El “Popeye Village”

 

  La agreste, árida y monumental Malta es, sin duda, el decorado ideal para una película. Y desde luego no sólo una se ha rodado en la isla, muy al contrario, han sido muchas y muy famosas… “Gladiator”, “Astérix”, “Troya”, “Ágora”, etc. y también la de “Popeye”.

 

 

 

 

  En 1979 se rodó allí “Popeye”, con un joven Robin Williams en el papel del fortachón marinero de las espinacas. Se construyó un pueblo pesquero -Sweethaven-  para la ocasión en un paraje precioso, pero a diferencia de otras pelis, una vez terminado el rodaje el decorado fue convertido en un “parque temático” dedicado al personaje.

 

 

   

"Sweethaven", el pueblo de Popeye

 

Encanto no le falta

 

  Si las expectativas no son excesivas, a buen seguro disfrutaremos de la visita sin demasiados problemas. La entrada cuesta 10 euros y con ella se incluyen algunos “extras”. A saber: una postal y una copa de vino de regalo, además de un paseíto en barca (aunque el tremebundo viento impidió tal cosa durante nuestra visita) y la posibilidad de remojarse también en la pequeña piscina que hay al final del poblado. Popeye, Oliva y Bruto nos darán la bienvenida y podremos hacernos la foto de rigor con ellos.

 

 

   

"Popeye" tomándose un respiro...

  "Oliva" estaba mejor alimentada...

 

 

La zona de la piscina

 

  Ciertamente podrían haberle sacado un poco más de partido al “mundo de Popeye” y algunas de las casas también podrían estar mejor cuidadas, pero bueno, es una buena manera de pasar un rato agradable siempre y cuando ese tipo de cosas nos hagan gracia, claro.

 

 

       

 

 

 

 

 

   Aunque no tenga nada que ver con el marinero de la pipa, una de las “atracciones” que más pueden gustar a los niños -y también a los mayores si aceptamos que hay por el mundo varias de esas cosas algo mejor resueltas- es el “Santa’s Toy Town”. Varias de las casas de los pescadores están decoradas con los elfos de Papá Noël en sus labores habituales: gestión de las cartas de los niños, fabricación y reparación de juguetes, su comida, sus renos y muchas cosas más.

 

 

   

 

 

 

 

   

 

 

 

 

 

   

 

 

 

 

 

   

 

 

 

 

  Si a alguien le interesa saber cuánto tiempo puede durar la visita, aún a sabiendas que esas cosas son relativas, podemos decir que deberemos contar entre una y dos horas como mínimo. Nosotros, por ejemplo, estuvimos 1,40 h, sin subir en barca.

 

 

   

No falta la recreación de alguna escena de la peli

 

El cartel de la película

 

  Hay un restaurante y una zona de parking en la entrada. También hay una parada de bus. El poblado está cerca de la localidad de Mellieha, con una de las pocas playas de arena de la isla. En primavera el horario es de 9,30 a 17,30 h y para más información del parque, la página web oficial es www.popeyemalta.com

 

 

Recorriendo Malta…

 

  Malta es un país muy católico y de mentalidad conservadora -sus 365 iglesias y capillas así lo corroboran- por lo que el descanso dominical lo tienen muy a gala. Muchos de los comercios están cerrados, así que el domingo es el día perfecto para dedicarlo a las visitas turísticas y a recorrer los interesantes lugares y rincones de la isla. Y eso hicimos.

  

  Lo de Malta y sus iglesias es punto y aparte. Ya hemos comentado que hay una para cada día del año y por si algo destacan es por su imponente tamaño. En cualquier pueblo encontraremos una enorme iglesia, casi siempre con la fachada ribeteada con una guirnalda de bombillas… y habitualmente cerrada, salvo durante los oficios. Por ejemplo, la cúpula de la iglesia de San Juan el Bautista, en la isla de Gozo, es de mayor diámetro que la de catedral de San Pablo de Londres y sólo es superada por la de San Pedro del Vaticano…

 

 

"Pedazo" iglesia en Birzebbuga, un pueblo bien pequeño...

 

Al salir del pueblo de Popeye nos dirigimos hacia el extremo norte de la isla, deteniéndonos en los parajes más bonitos. Así vimos las cercanas islas de Gozo y Comino -y los “ferries” que unen Malta y Gozo- desde el mirador natural que hay junto a un castillo de color rojo. También llegamos a un antiguo fuerte costero inglés e iniciamos el regreso a Valletta bordeando la costa norte y entonces…

 

 

   

Los ferries que unen Malta con Gozo

 

El castillo rojo frente a la bahía de Mellieha

 

 

   

La Bahía de Mellieha

 

Fort Campbell, cerca de Mellieha

 

  Entonces nos topamos con la realidad del tráfico local una tarde de domingo. ¡Menudo atasco pillamos casi desde Mellieha! Las numerosas rotondas, la carretera convencional y un tráfico denso son los ingredientes perfectos para un cóctel bastante indigesto.

 

  Nuestra intención era dar una vuelta por las localidades de San Julián y Sliema antes de que cayera la tarde, pero un imprevisto circulatorio nos trastocó un poco los planes. Al llegar a Bugibba, cerca de San Pawl Bay y circular por el preceptivo carril izquierdo, nos vimos forzados a tener que desviarnos hacia la localidad debido a una señalización mejorable. Eso no hubiera tenido ninguna trascendencia si no fuera porque había casi un kilómetro de coches intentando salir de la ciudad y esperando a incorporarse a la carretera general…

 

  Vamos, que pretender “dar la vuelta” se había convertido en una misión casi imposible ante la perspectiva de una retención de mil pares de demonios. Viendo el panorama que se nos avecinaba, optamos por aparcar el coche, dejar que el tráfico se sosegara un poco y dar un paseo por la localidad costera de Bugibba mientras todavía estuvieran abiertas las pocas o muchas tiendas de la ciudad, garantía de “vida mundana”.

 

  A media tarde y tras algún que otro atasco más, por fin llegamos a Paceville (San Julián) -la meca de la farra maltesa- sede del “Hilton”, de varios casinos, discotecas y bares de copas. Una “visita panorámica” en coche nos bastó para echarle un vistazo a la zona. Ya hemos comentado antes que quien desee tranquilidad no se le ocurra buscarse hotel allí.

 

  Terminamos el día en Sliema, para poder disfrutar de la vista de la monumental Valletta, al  otro lado de la bahía. El atardecer es una hora estupenda para ello, pues la luz anaranjada del sol poniente da un color espectacular a la antigua ciudad amurallada.

 

 

Valletta vista desde Sliema

 

  Sliema y Valletta están unidas por un servicio de ferry que cruza la bahía, una especie de "bus marítimo".  Sale del embarcadero de Marsamxett y pasa muy cerca de la pequeña y también fortificada "Manoel Island".

 

 

Lunes, 13 de mayo: Valletta y “Las tres ciudades”

 

  El lunes era el día ideal para visitar a fondo Valletta o La Valeta, como prefiramos. Al ser lunes, la vida cotidiana había vuelto a la normalidad y empezamos la visita en el pequeño mercadillo diario que se pone en Merchants St. junto al mercado cubierto de la ciudad.

 

 

   

El mercadillo diario de Merchants St.

 

Merchants St, en el tramo sin mercadillo

 

  El mercado cubierto tiene una extraña y curiosa arquitectura que recuerda vagamente a las galerías de una prisión. La poca gente y las pocas “paradas” que estaban abiertas -que son realmente tiendas, pues están cerradas por puertas y escaparates- creaban una atmósfera extraña y no demasiado agradable.

 

 

   

El extraño mercado de Valletta

 

La religión está muy presente en Malta

 

  También aprovechamos la mañana para visitar la espectacular concatedral de San Juan, tan austera y sencilla por fuera como abigarradamente barroca por dentro. La entrada cuesta 6 euros y proporcionan una audio-guía en varios idiomas, incluido el español, por lo que es fácil aprender la centenaria historia de la sede religiosa de la Orden de Malta y sus Grandes Maestres.

 

 

   

Fachada principal de la Concatedral de San Juan

 

 

 

  De fastuosa decoración, la nave está compuesta por ocho grandes capillas dedicadas a las “ocho lenguas” que forman la Orden de San Juan y que también se relacionan con las ocho puntas de la famosa "Cruz de Malta". Entre ellas se cuentan las capillas dedicadas a la lengua de Castilla, León y Portugal y a la de Aragón, Cataluña y Navarra.

 

 

   

La nave central

 

El suelo de la nave central está llena de tumbas

 

 

   

Capilla de Aragón, Cataluña y Navarra

 

Capilla de Castilla, León y Portugal

 

 

   

La Cruz de Malta

 

El altar mayor

 

  Paseamos por las monumentales calles de Valletta -de característicos balcones de colores,

 

 

   

Cambio de guardia

en el Palacio de los Grandes Maestres

 

Old Bakery St.

 

 

   

Tiendas un poco de todo...

 

 

 

 

   

Teatro Manoel

 

Cúpula de la catedral anglicana

 

 

   

El "Auberge" de Castilla

 

El "Auberge" de Aragón

 

  Aunque también optamos por entrar en una de esas típicas atracciones audiovisuales que tanto abundan en Malta y en otros muchos lugares turísticos. No faltan las dedicadas a la historia de la Orden de Malta, pero nosotros nos decidimos finalmente por la “Malta Experience”, que presumía de hacer “un recorrido por los 7.000 años de historia de la isla” con grandes medios y efectos audiovisuales, a cambio de 10 euros de entrada.

 

 

La entrada al "Malta Experience"

 

  Pues bien, no es que esperásemos encontrar el no va más, pero la realidad estuvo muy por debajo de las expectativas más rácanas. Sí, el documental de poco más de media hora de duración es bonito y explica bastante bien la turbulenta historia de la isla, desde aquellos que construyeron los grandes monumentos megalíticos, pasando por los romanos, los caballeros, los otomanos y la segunda guerra mundial, que dejó la isla hecha un guiñapo.

 

  Lo que ocurrió, tras apagarse la pantalla, es que pagar 10 euros por un documental de media hora -los fantásticos efectos especiales no aparecieron por ninguna parte- nos dejó con un sabor un pelín agridulce. También echamos en falta un poco más de atención a los parajes de la isla. No nos atrevemos a desaconsejar la “experiencia”, pero eso sí, que nadie se llame a engaño si decide animarse a ello. En fin, dicho queda.

 

  El Palacio de los Grandes Maestres de la Orden es otro de los grandes atractivos turísticos de la capital, así como una amplia oferta museística, incluido el dedicado a la Segunda Guerra Mundial, en el fuerte de San Elmo, en la punta de Valletta.

 

 

El fuerte de San Elmo, en el extremo oeste de Valletta

 

 

   

Republic St, tocando a San Elmo, es menos señorial

 

En cambio, eso es la Republic St. peatonal...


 

Las "tres ciudades"

 

  Tras otra comida “maltesa” en el apartamento a base de las compras matutinas, por la tarde nos fuimos a las llamadas “Tres ciudades”: Il-Birgu (Vittoriosa), Il-Isla (Senglea) y Cospicua. Especialmente Il Birgu e Isla son una especie de Valletta en pequeño. Ambas son ciudades monumentales y fortificadas, situadas enfrente de Valletta, y sede de los principales puertos deportivos. Aunque sólo 7 kilómetros separan la capital de Vittoriosa, “sólo” tardamos 36 minutos en llegar…

 

 

iI-Isla y il-Birgu desde Valletta

 

  El casco antiguo de Il-Birgu (o Vittoriosa) es pequeño y solitario -carece de comercio- aunque con un elemento distintivo y muy atractivo respecto a Valletta… ¡las calles están jalonadas con macetas de plantas que dan color y animan al paseo!

 

 

   

Calles con plantas en il-Birgu/Vittoriosa

 

Descripción

 

  El extremo de la ciudad está ocupado por el fuerte de San Angelo. Apenas hay comercio en la ciudad, por lo que la visita no llevará demasiado tiempo.

 

 

   

il-Birgu, la plaza mayor

 

La catedral de Vittoriosa/Birgu

 

 

   

 

 

 

   En cuanto a il-Isla/Senglea, puede que la mayor atracción sea la torreta-vigía que hay en el extremo del otro fuerte de la zona, el de San Miguel, vigilando la entrada del Gran Puerto. Si alzamos la vista veremos esculpido en la torreta un ojo y una oreja, símbolos de la función que tenía el puesto de vigilancia. No nos detuvimos en Cospicua, más que nada porque no vimos que tuviera nada de interés, pero tampoco me atrevería a negar lo contrario…

 

 

   

La garita del fuerte de San Miguel

 

La oreja y el ojo que "vigilan"

 

 

   

Vista de Valletta y del canal del Gran Puerto

 

El fuerte de San Angelo en Vittoriosa, desde il-Isla

 

 

El martes, 14 de mayo, y el turismo matutino: el “Ta’Qali Crafts Village”

 

  Con el martes llegaba el día de la partida, pero como el avión no salía hasta las cinco de la tarde, teníamos la mañana entera para seguir conociendo Malta.

 

  La primera visita fue para el “Ta’Qali Crafts Village”, centro de artesanía ubicado en los antiguos hangares del aeródromo británico durante la segunda guerra mundial y que descubrimos gracias a “Españoles en el mundo”. Se encuentra a dos kilómetros de la antigua capital de Malta, Mdina/Rabat, en pleno centro de isla.

 

 

   

Mdina, desde Ta'Qali

 

El Ta'Qali Crafts Village

 

  Los pequeños hangares de techo ondulado son lo más curioso del lugar y de hecho por ellos se justifica mayormente la visita. Más que nada porque la oferta de artesanía es totalmente comercial y muy orientada a los turistas, por lo que pocas cosas autóctonas y realmente interesantes encontraremos por allí.

 

 

   

Los antiguos hangares convertidos en tiendas

 

 

 

  Ojo a los horarios: de 8 a 17 de lunes a viernes y de 8 a 14 los sábados. Cierran en domingo. Hay parada de bus público y también llega ahí el bus turístico. El lugar no es fácil de encontrar sin GPS, pero éste tampoco facilita directamente la posición, así que si pensáis ir con el coche, acordaros de programar su ubicación antes de salir de casa. Las coordenadas, según el Tom-Tom son N 35º 53.488’ - E 14º 25.060’

 

  También encontraremos, allí mismo, el “museo del aire maltés”, que expone bastantes aviones -algunos de ellos bastante destartalados- entre los cuales podremos ver algunos de los que participaron activamente en la defensa de Malta contra las tropas del “Africa Korps”. La entrada cuesta 6 euros.

 

 

Mdina, la antigua capital de Malta

 

  Mdina, la antigua capital de Malta, ha sido una de las visitas que más nos ha gustado, Valletta al margen por supuesto.

 

 

   

La entrada a Mdina

 

Las murallas de Mdina

 

 

   

Mdina

 

El patio del museo de ciencias naturales

 

 

   

Las calles de Mdina

 

Nunca falta una imagen...

 

  Como no podía ser de otra manera en la turbulenta Malta, está también fortificada. Es pequeña en extensión, pero sus estrechas callejuelas están llenas de palazzos y casas señoriales, amén de su catedral y varias iglesias más, por supuesto.

 

 

   

La Catedral de Mdina

 

El paisaje maltés desde Mdina. Valletta al fondo

 

 

   

Rincones...

 

...y más rincones

 

   Mdina es, de hecho, la parte antigua de la ciudad de Rabat (en Gozo hay otra ciudad con el mismo nombre, sin olvidar también la homónima capital de Marruecos).

 

  En Rabat se encuentra la “Domus Romana” con sus bonitos mosaicos encontrados en una antigua villa romana sobre la cual se asienta el actual museo. Aunque hayamos visto muchos y buenos mosaicos romanos -Pompeya incluida- éstos de Malta destacan por las diminutas teselas y sus imágenes festivas. El museo es pequeñito, pero nos gustó. La entrada también cuesta 6 euros, que es casi el precio de rigor en todas partes…

 

 

   

La "Domus Romana"

 

Restos de la casa romana

 

 

   

 

 

 

 

 

   

 

 

 

 

 

 

 

En Rabat hay más oferta turística e histórica, pues allí veréis la iglesia dedicada a la estancia del apóstol San Pablo -origen de su arraigo cristiano- y la red de catacumbas. En los programas televisivos dedicados a Malta podréis ver con detenimiento esos lugares y decidir si os apetece visitarlos.

 

  Se iba echando encima la hora de ir hacia el aeropuerto y al salir de Mdina nos acercamos a los acantilados de Dingli. La verdad es que desde la carretera es complicado encontrar buenos puntos de observación de los acantilados, más que nada porque en realidad… ¡estamos encima de ellos y la costa es bastante rectilínea!

 

 

   

Para ver bien los acantilados de Dingli...

 

Hay que acercarse más al borde, si no...

 

  El litro de gasolina sin plomo estaba a 1,48 €. El gasóleo algo más barato. Hicimos exactamente 150 km recorriendo la isla y el consumo medio fue de 8 litros, debido al abuso de marchas cortas, tanto por la circulación densa como por los atascos.

 

  Y así, tras el preceptivo llenado del depósito en la gasolinera adyacente al aeropuerto, aparcamos el coche donde nos habían dicho y nos dispusimos a abandonar Malta…

 

 

Despedida y cierre

 

  El regreso no tuvo ninguna historia, salvo la anécdota de tener que ir andando hasta el aparcamiento de Bajo Coste. El avión de Ryanair salió a su hora y la vuelta a Valladolid tampoco tuvo mayor trascendencia que hacerla bajo un intenso diluvio. ¡Menos mal que en Malta brilló el sol!

 

 

El "pajarito" que nos iba a llevar a casa...

 

  Resumiendo, Malta nos ha gustado mucho y nos parece un destino ideal para un puente en primavera u otoño. Y si la idea es estar algo más de tiempo, ya habéis visto que no os faltarán entretenimientos. ¡Buen viaje!

 

 

 

 

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